Al finalizar el año pasado, Colombia importó 61 mil 643 toneladas por un valor CIF de USD 156,8 millones de dólares, ambos datos inéditos en la historia de nuestro país y que presagian que este rubro seguirá aumentando.
Este resultado supera las 58 mil 227 toneladas alcanzadas en 2016, así como el costo de ese año de 140 millones de dólares.
También se rompió el récord de importación de leche en polvo con cerca de 41 mil 900 toneladas por un total cercano a los 110 millones de dólares, sobrepasando las 41 mil 260 t de 2016 por USD 105,2 millones.
Solo este producto fue más alto que todas las importaciones de derivados lácteos en 2017 (USD 109,3 millones) y 2018 (USD 107,5 millones).
De toda la leche en polvo, más de 26 mil toneladas correspondieron a descremada por más de USD 57,1 millones, otra cifra histórica, y de entera fueron 15 mil 889 t por un valor de USD 52,8 millones, menos que las 29 mil t de 2016.
Una tonelada de leche en polvo descremada costó en promedio poco menos de USD 2.200, mientras que la de entera alcanzó USD 3.322. Si bien no fueron los más altos en el registro histórico, sí superaron los de los últimos 3 años.
De igual manera se impuso nuevo récord de importaciones de lactosueros al alcanzar las 13 mil 706 t por USD 13,3 millones, al igual que el del rubro los demás quesos (1.626 t), queso fresco (1.624 t), queso fundido (793), rallado (702 t) y mantequilla (201 t).
Estados Unidos ocupó el primer lugar de origen con 34 mil 791 t por cerca de USD 91,2 millones de las cuales 25 mil 700 fueron leche en polvo, seguido por Bolivia (3.849 t por USD 12,7 millones) y México (3.529 t por USD 13,2 millones).
De la Unión Europea se importaron cerca de 11 mil 100 toneladas de derivados, de las cuales más de 7.200 correspondieron a leche sólida.
Así como el 2016, el 2019 también culminó con un bajo acopio formal de leche, de hecho el menor de los últimos años. En ambos casos, la influencia del intenso verano fue un factor fundamental para esta reducción, por lo cual la demanda fue compensada con las importaciones.
No obstante, está claro que el ritmo de las compras en el exterior seguirá aumentando con el paso de los años y que la industria nacional seguirá apelando a los contingentes arancelarios hasta que finalmente haya comercio libre según los TLC, en 2026 y 2028.
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